Discurso para la entrega del Premio Microclima 2017 al Colectivo Yaiza Borges pronunciado por Jairo López, presidente de la Asociación de cineastas de Canarias Microclima, el 16 de diciembre de 2017 en el Salón de actos de TEA Tenerife Espacio de las Artes, en el marco de la II Asamblea general ordinaria de la Asociación y en presencia de cinco miembros de la Cooperativa Yaiza Borges: Aurelio Carnero, Josep M. Vilageliu, Constantino Hernández, Jaime Ramos Friend y Antonio Jarque.

A todos los que estamos en esta sala Yaiza Borges salió a nuestro encuentro en algún momento de nuestras vidas. Supongo que los más mayores que están aquí lo conocieron en su momento, quizás fueron a alguna de sus innumerables proyecciones, a alguno de sus talleres formativos o se embarcaron en sus, imagino, alocados rodajes. Otros, los más jóvenes, hemos oído hablar de ese enigmático nombre con más distancia, como un eco lejano. Puede que fuera hace años, o puede que fuera hoy mismo cuando alguien nos habló por primera vez de la existencia de un grupo de locos por el cine en Tenerife, que a finales de los 70 y durante los 80 se embarcaron en un proyecto global alrededor del séptimo arte.

Yaiza Borges existió cuando la mayoría de los miembros de Microclima estábamos naciendo y desapareció antes de que pudiéramos disfrutarlo. Pero estamos aquí hoy, en parte, gracias a que antes estuvieron ustedes y a que se atrevieran a hacer lo que hicieron.

Foto 4_ Rodaje de 'Anabel (Off-Side)', estrenada en 1979

¿Quién fue Yaiza Borges?  – Fotografía del rodaje de ‘Anabel (Off-Side)’, estrenada en 1979

Ahora, casi 40 años después, es imposible determinar con exactitud lo que fue. Existe un relato, o una suma de relatos, memorias personales, colectivas, fotografías, una exposición realizada en 2003, el libro de José Alberto Guerra de 2004, algunos artículos académicos, un puñado de películas, muchos documentos, revistas… Todo eso conforma una cierta leyenda, que quizás sea el mejor medio para superar el paso del tiempo y que siga el recuerdo y el misterio detrás de ese nombre, Yaiza Borges, tan suavemente canario, tan evocadoramente universal.

Yaiza es hija de la década de los 70, aquella en la que decenas de cineastas irrumpieron con fuerza en el panorama cinematogáfico portando sus cámaras Súper 8 mm. Se crearon muchas cosas en aquella década, como los primeros y modestos festivales de cine de Canarias, las primeras críticas de cine sobre obras canarias, los primeros grupos y asociaciones. También se estaba creando la democracia española y la comunidad autónoma de Canarias era algo que aún no existía.  Al finalizar la década, mientras algunos tomaban el camino de la profesionalización industrial o personal en otros trabajos, un grupo de irreductibles, dio un paso al frente y realizaron el paso clave: UNIRSE PARA INTERVENIR EN LA REALIDAD, primero como colectivo informal, luego como Asociación cultural, y más tarde como Cooperativa Social.

Los miembros fundadores fueron diez:

  • Aurelio Carnero Hernández (primer presidente)
  • Juan Antonio Castaño ‘Mengue’
  • Fernando Gabriel Martín Rodríguez
  • José Miguel Santacreu
  • Jose Alberto Guerra
  • Josep M. Vilageliu
  • Alberto A. Delgado
  • Francisco Javier Gómez Tarín
  • Juan Puelles
  • Antonio José Sánchez Bolaños

A los que luego se fueron incorporando más nombres, socios de la asociación y luego de la cooperativa, pero también simpatizantes, parejas, compañeros de trabajo, amigos, vecinos, espectadores o alumnos que veían el proyecto como suyo también.

Algunos hitos de su recorrido fue el producir y estrenar el primer largometraje de ficción colectivo en la historia de Canarias (o uno de los primeros), aquel ‘Anabel (Off-Side)’ en 1979, que acabó alzándose con el primer premio en la IV Muestra de cine canario convocada por la Caja de Ahorros de Tenerife.

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Presentación en la prensa de Yaiza Borges el 27-01-1980

En enero de 1980 ese colectivo se constituyó como ‘Asociación canaria para la divulgación del medio cinematográfico Yaiza Borges’, y en febrero inauguraron el Cine-Club Yaiza Borges en ‘La Buhardilla’, en la Calle Carrera de La Laguna, a los que siguieron decenas de ciclos en versión original sobre el expresionismo alemán, Jean Luc Godard, nuevas olas… y la organización de decenas de proyecciones en otros lugares de la isla y en La Gomera. Llegó a contar con más de 2.000 socios.

Pero Yaiza Borges era más que un Cine-Cllub, porque entendían el cine como:

  • Objeto socio-cultural
  • Objeto económico
  • Objeto político

Pusieron en marcha ‘Barrido’, “la primera revista de cine seria publicada en las islas” (Jorge Gorostiza, 2004), donde además de críticas de cine, incluían ya críticas a las mejores series de televisión, algo que parece que está muy de moda ahora. Publicaron 14 números en total entre enero de 1980 y enero de 1981. Pero sobre todo, en sus editoriales, en su Libro negro (1981) y en su programa de radio semanal, mostraban su posición crítica con la realidad cultural canaria del momento, y proponían medidas como que:

  • El cine se convirtiese en asignatura en todos los niveles de enseñanza, desde primaria hasta estudios especiales en la Universidad.
  • La creación de la Filmoteca Nacional Canaria.
  • Querían sentar las bases para una futura Escuela de cine en Canarias
  • Abogaban por la necesidad de crear un Instituto del Cine en Canarias
  • La redacción de una Ley de bases para el cine en Canarias
  • Promovían la difusión del séptimo arte por todos los municipios y barrios de las Islas, recuperando los cines abandonados.
  • Criticaban los intereses comerciales de la distribución y exhibición del cine en España, y su relación con las grandes distribuidoras norteamericanas.
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Portada de la revista ‘Barrido’, nº 4 (1980)

Ante tal cantidad de propuestas y la dificultad para realizarlas, me viene a la mente nuestra primera asamblea celebrada hace justo un año, cuando planteábamos los objetivos para el futuro, y un compañero decía que quizás eran unos objetivos demasiado ambiciosos por “parece que queremos cambiar el mundo”. Y es que utopía y fracaso son dos conceptos íntimamente unidos, y que siempre orbitan alrededor de toda conversación sobre Yaiza Borges. Y creo que es bueno recuperar la pregunta que se hacía Francisco J. Gómez Tarín en el prólogo del libro de Yaiza (2004):

“¿Sabían las individualidades que formaron el Colectivo que su proyecto revestía el carácter de una utopía? La respuesta –contundente- tiene  por necesidad que ser afirmativa. Lo sabían porque edificaron sobre cada frustración una nueva propuesta más ambiciosa, porque pretendían dar alternativa a toda la situación del cine en Canarias, porque avanzaron […]. Solo mediante la utopía es posible el progreso”.

Por eso, en un mundo que la mayoría de las veces privilegia el pragmatismo o la eficacia, queremos reivindicar hoy, como ayer, el valor de la utopía y de la resistencia para dar pasos realmente significativos.

Pero no se quedaron en las propuestas, ya que poco después crean la ‘Sociedad Cooperativa Limitada Yaiza Borges’, como herramienta para poder desarrollar a nivel industrial la producción, exhibición y distribución cinematográficas, con un capital social repartido en participaciones de 100.000 pesetas (600€) aportadas por cada uno de los 25 socios cooperativistas.

Recordemos los nombres de las 15 nuevas incorporaciones:

  • Antonio Jarque
  • María Teresa Lojendio
  • Luis Sánchez Gijón Cañete
  • Francisco García Talavera Marrero
  • Constantito Hernández Reyes
  • Sergio García González
  • Jaime Ramos Friend
  • Inmaculada Luengo Merino
  • Luisa Gallo Llobet
  • Julio Hernández Hernández
  • Manuel Fernández Galván
  • Pep Molí Riba
  • Pere Picó Moreno
  • Catherine Acín
  • Ángales ‘Lales’ Alonso

Se hicieron con el local del Cine Tenerife en la entonces Avda. General Mola de Santa Cruz de Tenerife (hoy avenida Islas Canarias) y montaron el ‘Cinematógrafo Yaiza Borges’, que pasaría a ser el núcleo del proyecto desde su inauguración el 22 de octubre de 1981 hasta su cierre el 30 de mayo de 1896, casi 5 años de proyecciones, ocupando la mayor atención de los miembros del colectivo.

04_ Luminoso del Cinematógrafo Yaiza Borges, inaugurado en 1981
Luminoso del Cinematógrafo Yaiza Borges, inaugurado en 1981

Destaquemos algunos datos algunos datos para comprender la dimensión única de esta sala de cine:

  • Fue la primera sala comercial de Canarias en programar cine en versión original subtitulada, con lo mejor del cine internacional, películas de países con cinematografías  desconocidas y totalmente invisibles para los ciudadanos. Recordemos que hablamos de un contexto donde solo existían 2 canales de televisión, sin festivales internacionales de cine, y por supuesto sin internet.
  • Fue el primer exhibidor y único en su momento en Tenerife que respetó el pase sin descansos de las películas, gracias a la compra de un moderno proyector con capacidad para más de 4.000 metros de celuloide y que costó más de 2 millones de pesetas (más de 12.000€), aunque eso les restara beneficios de la cantina del cine, porque para ellos era imprescindible ver la película sin interrupciones. Esto, combinado con la pantalla y el juego de lentes, la hicieron merecedora de ser la sala con la mejor calidad de imagen (en cuanto a la nitidez) de Canarias.
  • Fue la única sala del Archipiélago en programar en sesión continua, es decir, los espectadores podían quedarse todo el tiempo que deseasen dentro del local, volviendo a ver la película o conversar con otros espectadores o miembros del colectivo, en el transcurso de las tres sesiones diarias.
  • Mientras otras salas proyectaban el NODO al inicio, los ciclos y sesiones de Yaiza proyectaban cortometrajes antes de las películas siempre que les fue posible.
  • Organizaban sesiones fantasma, es decir, de madrugada y gratuitas, como ‘Casablanca’ a la 1 de la mañana con lleno absoluto.
  • Además, las zonas comunes del cine servían para montar exposiciones temporales de nuevas disciplinas artísticas, como cine, cómic, publicidad, diseño, carteles, fotografía, máscaras y hasta macramé.

Yaiza tenía un plan: conseguir fondos con la recaudación de la sala para reinvertirlos en la producción de cine. Como podemos imaginar ahora, nunca lograron este objetivo, pero su pulsión por crear, les llevó a levantar proyectos y a rodar bajo condiciones precarias, cine de guerrilla o low cost como decimos ahora, pero en la era analógica y portando además nuevas miradas sobre la realidad, como el documental ‘Carnaval 83’ (1983), sobre uno de los iconos culturales de Canarias.

Su ingenio les permitió diseñar también todo un sistema de suscripción popular para costear su largometraje más ambicioso, ‘Bajo la noche verde’ de 1984, un sistema de micromecenazgo muy similar a lo que ahora llamamos crowdfunding.

Viendo todas sus facetas, está claro que, parafraseando a Víctor Erice, lo que ustedes querían no solo era hacer cine, sino SER CINE.

Y su locura por ser cine desembocó en una deslumbrante performance crepuscular al rodar en solo tres días el doloroso cierre del Cinematógrafo en 1986, creando su película más genuina, más libre y más radical, ‘The End’, un mediometraje de 43 minutos que proyectaremos a continuación.  

Está formada por diez episodios dirigidos por diferentes miembros de Yaiza Borges, y es, creemos,  uno de los títulos más relevantes del cine canario, con importantes innovaciones temáticas y formales, como el uso del plano secuencia, la ruptura de la cuarta pared, una insólita capacidad para expresar el dolor personal y el desencanto vital, pero también un gran dominio de la burla y la ironía, además del atrevimiento de plantear largos planos estáticos, donde puede parecer que no pasa nada, pero en realidad está pasando el rodillo de la vida.

05_Fachada intervenida del Cinematógrafo para su cierre en mayo de 1986. Foto Juan A Castaño
Fachada intervenida del Cinematógrafo para su cierre en mayo de 1986. Fotografía Juan A Castaño

Pese a que habitualmente se recalca el cierre de la sala como el punto final de Yaiza, y aunque imaginamos el sentimiento de desencanto y frustración que les generó, es importante matizar que su cierre no significó en absoluto ni el fin ni el fracaso del proyecto, solo la imposibilidad de llevarlo a cabo de una determinada manera.

En primer lugar la cooperativa seguirá existiendo y produciendo películas durante años, destacando las producciones hechas para TVE en Canarias entre 1987 y 1988: como ‘El fotógrafo’ de Luis Sánchez Gijón, ‘Iballa’ de Josep Vilageliu, ‘Último acto’, de Aurelio Carnero y Constantino Hernández, ‘Apartamento 23 F’, de Aurelio Carnero, todas con la dirección de fotografía de Juan A. Castaño. 

En segundo lugar, la Filmoteca canaria fruto del impulso de Yaiza, se creó en noviembre 1984, siendo la segunda filmoteca autonómica después de la de Cataluña y que llega hasta nuestros días.

Se prosiguió con la labor formativa de cursos y talleres, y también con la divulgativa, creando años después un proyecto educativo pionero para escolares: ‘Educar la mirada’  coordinado por Josep M. Vilageliu.

También, el movimiento que generaron no solo fue imborrable, sino que ha contribuido a que muchas personas sean como son. Cito a un espectador asiduo a la sala, Benito Arozena. (Cuadernos del Ateneo de La Laguna, 2003)

“Basta con repasar por encima una lista de las casi doscientas películas exhibidas en el Cinematógrafo Yaiza Borges para calibrar su importancia y para darnos cuenta de que sin su existencia, sin su bendita intromisión en nuestras vidas, es posible que no hubiéramos accedido a ellas sino mucho más tarde, o, quizás nunca, y que sin el disfrute de esas películas probablemente seríamos otros, de la misma manera que otros seríamos también sin la música que escuchamos, las playas que visitamos o los cuerpos que acariciamos. […] Algunos pensamos que una de las cosas buenas que se nos ha cruzado en la vida se llamó Yaiza Borges, y fue un puñado de locos por el cine trabajando para que otros enloqueciéramos por él, intentando un proyecto quimérico en un momento más histérico que histórico. El proyecto se truncó, pero la labor de contagio hay que considerarla cumplida.”

Y mucho más, porque nos enseñaron que hay que vivir intensamente cada momento de la vida y de la historia. En aquel momento fue el nacimiento de la democracia y de la comunidad autónoma de Canarias, cuando estaba todo por hacer. Y lo hicieron apostándolo todo, en serio, sin miedo al qué dirán o al fracaso.

Todo esto, compañeros cineastas, debe animarnos a nosotros a vivir nuestro momento, este presente de después de la crisis, de la posverdad, de la redefinición de nuestro Estado, nuestra democracia, cuando en materia de cine aún sigue habiendo tantas y tantas cosas por hacer. No podemos ser meros testigos de la vida o del sistema, podemos intervenir en ellos como hicieron ustedes.

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Lectura de este discurso en el acto de entrega del premio Microclima 2017 a Yaiza Borges en TEA Tenerife Espacio de las Artes el 16-12-2017. Fotografía Haliam Pérez

Este premio es también, de alguna manera, para todos los que nos han precedido, en particular a los que lo han hecho en colaboración, como los pioneros José González Rivero y Romualdo García Paredes, que se unieron para crear juntos en 1927 El ladrón de los guantes blancos’, el primer largometraje de ficción de la historia del cine canario. O como otros muchos cineastas de los 70, que montaron esas asociaciones, algunas incluso rivales enfrentados de Yaiza, pero que, en esa lucha dialéctica, en esa confrontación, aún con los excesos de una época intensa, hicieron enriquecer el debate y en definitiva avanzar las propuestas del cine canario.

Sirva de agradecimiento a todos ellos por abrirnos el camino, y sirva hoy especialmente a los miembros de Yaiza Borges, aunque sea para que volvamos a recuperar ese nombre, para que profundicemos en todo aquel movimiento y nos acerquemos a algunos de sus protagonistas hoy en la sala.

Sirva también este modesto reconocimiento porque sabemos lo que cuesta asociarse, trabajar en equipo, entenderse. Nosotros llevamos menos de tres años y ya nos sentimos agotados ¡y ustedes lo hicieron durante 10 años!

Sirva también para advertirles que les seguimos necesitando, que hay que seguir haciendo crítica, más necesaria que nunca, o investigando, o creando nuevos proyectos, con todo ese bagaje y perspectiva acumulada, y que en el cine no existe la jubilación, que hay que seguir rodando como Manoel Oliveira, hasta el último aliento vital.

Sirva, en fin, para darles las gracias, porque si nosotros podemos ahora mirar algo más lejos y más alto, es porque caminamos sobre vuestros hombros, sobre hombros de gigantes.

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Miembros de Yaiza Borges y Microclima. Fotografía de Tamara Brito de Heer