Una de las grandes novedades de está edición de Ibértigo en colaboración con la Asociación de cineastas de Canarias Microclima ha sido el acercamiento entre cineastas desde diferentes perspectivas geográficas y culturales para crear sinergias entre Iberoamérica y Canarias. Un puente para estrechar lazos a través del Atlántico y comprender realidades diferentes en el mundo.
Nuestros compañeros Haliam Pérez, Macu Machín y Amaury Santana nos relatan brevemente como ha sido esta experiencia.
HALIAM PÉREZ Y DAVID GUITIÉRREZ CAMPS
Imaginen una cita a ciegas. Una invitación que uno asume con gusto y a la vez con temor. ¿Con quién me encontraré? ¿Cómo será? ¿Tendremos tema de conversación? Incluso si tienes unos cuantos puntos en común con el otro, eso no garantiza que la cita será agradable. Ahora comprendan que esto no va sobre una cita a ciegas tradicional donde dos personas buscan amor, sino de una cita entre cineastas que no se conocen. Pues esta idea atrevida se le ocurrió la asociación de cine Vértigo y yo fui una de sus afortunadas víctimas. El domingo 21 de octubre tenía como encargo pasar a recoger a David Gutiérrez Camps en su hotel. De él solo sabía que era un cineasta catalán, que había estudiado en la misma universidad que yo aunque estudios diferentes y que venía a presentar su segunda película. Él primera vez que visitaba la isla y yo encargado de hacer de anfitrión, pensando antes de llegar a su encuentro, en temas, películas y directores de los que podríamos hablar. Un paseo por Las Canteras, ya de noche, Las Canteras que hacía tiempo no visitaba, con su mar, sus turistas, sus inmigrantes. David luego me confesó que le sorprendió ver a tantas mujeres marroquíes con sus vestidos largos y sus melenas cubiertas. Canarias es un poco África. Los temas fueron apareciendo, primero el paisaje, luego la política: ¿Y cómo ves el asunto en Cataluña, preguntaba yo? Luego el cine. Quizá dejamos el cine para lo último por ser el tema más serio. Dos días antes había visto su película, y me llevé apuntes de los que no hablamos en detalle. Una película “Sotabosc” que te sitúa en el lugar del otro. Que se sitúa en una frontera cercana al documental, que trasciende este género a una ficción con notas de surrealismo y de humor. Que trata sobre un inmigrante africano en un pueblo de Cataluña y que como bien decía David, es un retrato sobre dos universos paralelos que conviven pero que no se entienden, ni apenas interactúan. Al día siguiente tuvimos la proyección y disfruté viendo a David en un lugar que ya conocía, pero que por primera vez, comprendía desde esta nueva perspectiva gracias a Vértigo y su temeraria propuesta. El director frente al público, frente al desencuentro, frente a la admiración, intentando compartir sus inquietudes, su motivación para hacer esa pieza que tanto cuesta.
Pieza, obra, película que luego adquiere su verdadero valor en una proyección, donde un grupo de personas atrevidas intentan descubrir y comprender. Gracias Vértigo por recordarme Las Canteras, por presentarme a David, por hacerme descubrir una nueva mirada. Por proyectar un relato de esos que tanta falta hacen y que no son comunes, que no unifican, que no se recrean en la homogeneidad.
Haliam Pérez (Vicepresidente de Microclima)
MACU MACHÍN Y MILAGROS MUMENTHALER
La proposición de la Asociación de cine Vértigo de reunirme con Milagros Mumenthaler, en calidad de cineasta insular y representante de nuestra asociación, fue una noticia que festejé dando brincos internos en el desierto del Sáhara, donde me encontraba en ese momento. Me emocionaba pensar que hacía exactamente un año había visto su primer largo, «Abrir, puertas y ventanas», en Madrid y que, también hacía tiempo que tenía en mi lista de deseos «La idea de un lago», su última película, porque sospechaba que de alguna manera me podría inspirar en la escritura del guión de lo que será mi primer largometraje: su capacidad de abordar lo íntimo y lo histórico de manera tan sutil y personal. No se lo comenté a Milagros cuando nos conocimos durante el almuerzo. Pero sí fuimos y volvimos sobre temas que surgían con la comida: la dificultad de producir películas y de encontrar el productor adecuado, lo azaroso y complicado que es rodar en Argentina o en España, o el hecho de que, por extraño que parezca, somos afortunadas por hacer lo que hacemos. Milagros estaba muy interesada en saber qué hacíamos desde nuestra asociación y qué facilidades tenemos para hacer cine en Canarias. Quizás mi optimismo al respecto no fue demasiado convincente, pero le expliqué que, paradójicamente y a pesar de todo, nos empeñamos en seguirlo haciendo.
Ambas estudiamos en la misma universidad de Buenos Aires, estuvimos en el mismo turno de tarde, así que no es de extrañar que nos cruzáramos de vez en cuando por los pasillos. Finalmente, doce años después, vinimos a conocernos en un libanés de Las Canteras, así que no puedo hacer otra cosa más que agradecer la maravillosa iniciativa de la Muestra de cine Iberoamericano Ibértigo por volver a cruzar nuestros caminos.
Macu Machín (Vocal de Comunicación de Microclima)
AMAURY SANTANA Y JOAO PEDRO RODRÍGUEZ
“No esperaba estar hablando de esto aquí”. Así de sorprendido se mostró Joao Pedro Rodríguez, cuando en nuestra conversación comenzaron a salir nombres de colegas portugueses. Ambos estudiamos cine en la Escola Superior de Teatro e Cinema en Lisboa aunque en promociones muy distintas. Joaquím Sapinho, Joao Guerra da Mata, Vítor Gonçalves, cineastas y colegas suyos de profesión a los que luego conocí también como profesores míos de la escuela. De mi promoción mencioné a compañeros de aulas, los cineastas Joao Salaviza o Ico Costa, a los que Joao también conocía bien e incluso por aquí podrían sonar, ya que sus trabajos han pasado por el Festival de Cine de Las Palmas en alguna ocasión. Tras el repaso a lo de allá, la mirada curiosa hacia lo de aquí. “¿Quiénes son las figuras representativas de cine en Canarias? ¿Cuál es el estado del cine en las islas?”, se interesaba desde una completa ausencia de referentes. Muchas veces es la mirada virgen de quien viene de fuera, la que nos obliga a parar y pensar un momento en lo que tenemos aquí. En construir algunas imágenes para situarle se nos demoró la conversación. No conocía sus películas. Durante mi estancia en Lisboa fue el tiempo del estreno de «Odete» y había oído hablar de «O fantasma», pero nunca los llegué a ver. Años más tarde, veo tres de sus trabajos proyectados en Ibértigo.
Hablar de temas comunes en ellos resulta difícil cuando se trata de proyectos tan distintos. Pero el tratamiento de la memoria captó mi atención. “Nunca veo mis películas, prefiero no recordar el pasado”, comentó en el coloquio a partir de La última vez que vi «Macao». Magnéticas, enigmáticas y de narrativas tan concretas como evocadoras, me pareció que en su cine había algo que resonaba fuerte de ese comentario. Como si, en su relación con un pasado, los personajes necesitasen de algo nuevo, la necesidad de construirse en otra cosa. Por ahí nos demoramos en los coloquios posteriores en los que agradeció conocer la mirada de un lugar desconocido sobre su cine. Ahí hubo intercambio en el que algo siempre queda. Nuevo mérito de la Muestra Ibértigo, no sólo en el esfuerzo que hacen cada año por sacar adelante la muestra, sino también al invitar a sus directores. Y magnífica idea de generar este encuentro con cineastas canarios. Ahora ya Joao también conoce algo más del cine que se hace aquí. Puede incluso que motive su interés en ver algunos de esos trabajos. Puede ser incluso que hasta le guste encontrar en ellos inquietudes comunes… Merece la pena seguir apostando por esta iniciativa.
Amaury Santana Marrero (Miembro de Microclima)